Por aquí estupendamente!
La semana pasada nos escapamos unos días a Praga, capital de la República Checa, para celebrar en familia los 70 años de la abuela Meves. La ciudad es espectacular, tiene muchísima vida, se come muy rico y la cerveza es una delicia. Hicimos un viaje chulísimo y mi suegra lo disfrutó un montón, que era el principal objetivo.
Aquí os dejo mi "top 10 Praga", si habéis estado seguro que estaréis de acuerdo conmigo y si no tomad nota, esto no os lo podéis perder si la visitáis ;oD
1.- Hacer un Free Tour por la ciudad
Personalmente, prefiero que alguien que conoce una ciudad me la enseñe antes que pasarme una mañana entera dando tumbos con un mapa. Por eso los Free Tours son una opción que agradezco. También reconozco que hay que tener un poco de suerte con los guías porque como te toque un apasionado/a de la historia y/o el arte más que quedarte con cuatro sitios y cuatro acontecimientos importantes, lo que te llevas es una caminata con una buena "chapa" de cuatro horitas!! En nuestro caso, hicimos el tour de la ciudad vieja y el barrio judío. La guía era muy maja y aunque se hizo un poco largo y se dejó cosas por enseñar, mereció la pena totalmente.
2.- Tratar de leer la hora en el Reloj Astronómico
Y digo tratar porque aunque nos lo explicaron, a mi me sigue resultando imposible!! Es el reloj medieval más famoso del mundo y todavía no se explican cómo una sola persona (el maestro relojero Hanus) pudo diseñar semejante maquinaria y es que está formado por diferentes esferas que representan las órbitas del sol y la luna, los meses del año y por supuesto, las horas... un lío! Cuenta la leyenda que le cegaron para que no pudiera repetirlo así que hay que disfrutar de esta maravilla única en el mundo.
El principal atractivo es el desfile de los 12 apóstoles y el movimiento de las cuatro figuras que lo flanquean, alegorías de la Vanidad, la Codicia, la Muerte y la Lujuria y que se puede ver a las horas punta entre las 9:00 y las 21:00 horas.
3.- Cruzar el Puente de Carlos y pedir un deseo!
No en vano dicen que este puente es el más bonito de Europa. A pesar de los cientos de turistas y el bullicio es de obligada visita. El puente tiene algo más de 500 metros, pasa sobre el río Moldava y une Staré Mesto (Ciudad Vieja) con Malá Strana (Ciudad Pequeña).
Es una joya gótica adornada con 30 estatuas de santos, entre ellas la de San Juan Nepomuceno patrón de Bohemia y protector contra calumnias e inundaciones. Su estatua se reconoce fácilmente por las cinco estrellas doradas que la coronan y a sus pies siempre hay turistas pidiendo sus deseos peerooo... realmente donde hay que pedir tu deseo es en un pequeño atril que casi pasa desapercibido. Está muy cerquita a la estatua y marca el lugar en el que el rey Carlos IV arrojó al Santo al río. Las torres a ambos extremos son una preciosidad y las vistas del castillo y de la ciudad desde el puente son espectaculares.
4.- Dejar un mensaje en el muro de John Lenon
Es todo un símbolo de la paz y la libertad. Allí dejamos nuestro mensaje y a modo anécdota os diré que una amiga de mi hija mayor que estuvo en Praga tres o cuatro días después que nosotros nos envió foto de nuestra aportación al muro ya prácticamente cubierta por otros mensajes... Es una obra de arte viva y muy popular que merece una visita.
5.- Visitar el Castillo
Nada que ver con el castillo medieval que tenéis en mente... el Castillo de Praga parece más un hermoso palacio. Alberga la Catedral de San Vito, símbolo de Praga y de toda la República Checa, y actualmente es la residencia del Presidente de la República y donde tiene su despacho. De ahí que esté custodiado por su guardia y que se pueda ver el cambio de turno de los guardias cada hora en punto en la puerta principal.
No hay que perderse el Callejón del Oro con sus pintorescas casitas llenas de artesanos. En el número 22, la casita azul, vivió la hermana de Kafka y él mismo estudió y escribió allí.
Nosotros subimos en tranvía así que hicimos la bajada caminando. Antes de salir del castillo, disfrutamos de las espectaculares vistas de Praga desde uno de sus miradores.
6.- Hacerse una foto en la calle más estrecha del mundo!
Se llama Vinarna Certovka y está en el barrio de Malá Strana, muy cerca del museo de Kafka. Mide 70 cm en su parte más ancha y se han colocado un par de semáforos para regular el tránsito de peatones. Apenas mide 10 metros de largo y es básicamente una escalera que accede a un restaurante pero este pasadizo de origen medieval atrae a algunos turistas curiosos. Nosotros la buscamos al bajar del Castillo y por supuesto nos hicimos la obligada foto ;oD
7.- Pasear por Novo Mesto (Ciudad Nueva)
La zona más moderna de Praga gira en torno a la Plaza de Wenceslao. Está llena de tiendas, bares, cafeterías y teatros y tiene mucha vida y mucho movimiento.
8.- Admirar la Casa Danzante
Este edificio deconstructivista construido a finales de los 90 rompe totalmente con la estética de un barrio plagado de casas barrocas y modernistas del siglo XIX. El arquitecto americano Frank Gehry diseñó este edificio para convertirlo en un nuevo símbolo de Praga y a día de hoy, además de haber ganado un montón de premios de arquitectura, es todo un emblema de la ciudad.
El paseo a orillas del río Moldava y la cervecita pusieron la guinda a este pastel ;oD
9.- Probar cerveza en las cervecerías tradicionales
Nos apuntamos al Tour de la Cerveza y conocimos algunas de las cervecerías más pintorescas de Praga. Nos dieron a probar tres tipos de cerveza y a mi, que no soy para nada entendida en el tema, me gustaron mucho.
Personalmente, no recomendaría este tour por el que pagamos 12 euros cada uno. En Praga la cerveza es baratísima (la jarra de medio litro cuesta dos euros) y la visita a tres o cuatro cervecerías típicas se puede hacer sin necesidad de guía. Es más, la experiencia se presta más a tomarte la cervecita a tu aire que a atender la explicación de toda la historia de la cerveza, creo yo. Pero, como os digo siempre, es cuestión de gustos!
10.- Degustar la comida tradicional checa
¡Cómo no! No sólo de cultura vive el hombre!! Algo teníamos que comer y lo cierto es que no lo hicimos nada mal! ;oD
Hay muchísimos restaurantes para elegir y la especialidad es la carne, quizás lo más conocido sea el codillo y el goulash, pero preparan muy bien el pato, las costillas y el jamón cocido también. Las guarniciones son a base de diferentes tipos de repollo y esa especie de panes que veis en la foto son knedlíky, una especie de bolas de harina y huevo (a veces también de patata) hervidas que pueden resultar un poco insípidas pero que vienen genial para mojar las salsas de la carne, que suelen ser muy abundantes.
Y por supuesto hay que probar el trdelnik, un rollo de pasta dulce que se hace a la brasa y que se rellena de helado de vainilla... mmmm.... delicioso!
Como de costumbre, os enseño unos souvenirs. No trajimos grandes cosas porque no facturamos y ya estábamos un poco justos de espacio en las maletas.
Aún así, hubo hueco para unos chocolates y un foulard monísimo de Pylones... ¿conocéis esta colorida marca?
Algo de artesanía checa... Fer compró esta jarra de cerveza tan bonita y yo, como ya es tradición, unos adornitos para el árbol de navidad ;oD
Y...¡el imán para la nevera!
Y esto es todo por ahora... bueno esto y mil fotos más para scrapear!! Tengo que ponerme ya!!
Espero que hayáis disfrutado de este paseo por Praga conmigo... os mando un besoteee!