sábado, 26 de marzo de 2016

A vueltas con dietas, otra vez!

Holaa! 

¿Cómo van esas vacaciones? Yo encantada de la vida, como no puede ser de otra manera. Tal y como prometía, el fin de trimestre fue bastante intenso -no os lo creeréis pero hasta me ha dado una lumbalgia a causa de las horas y horas que me pasé sentada el fin de semana pasado corrigiendo exámenes y poniendo notas! Espero que con un poco de descanso se me vaya pasando porque en unos días nos vamos de viaje: nos vamos a esquiar en familia... Ayyy! qué ganas de verme allí, por dios!

El caso es que ha sido un pequeño drama comprobar que la ropa de esquiar no me sirve. La intuición la tenía -sí, para qué mentir- pero llegado el momento de probármela, tuve que asumir la dura realidad: me falta una talla... o dos!

No es la primera vez que os comento mis problemas para controlar el peso. La dieta y el ejercicio son propósitos recurrentes en mis listas de buenas intenciones y hasta los he convertido en protagonistas de alguna que otra página. Lo cierto es que, aunque tengo temporadas en las que estoy más concienciada o motivada y consigo bajar algún kilillo, siempre acabo volviendo al lado oscuro. Me falta constancia.

La última dieta, con nutricionista incluída, la intenté en agosto y no llegué a cumplir mi objetivo de bajar 5 kilos. Con mi metabolismo ralentizado por un tiroides muy vago, cada vez me cuesta más ver resultados y cada vez me canso antes. Desde entonces, he seguido cogiendo peso y, aunque sí hago cosas por cuidarme, no me he visto con fuerza de voluntad para empezar a hacer una dieta en serio que, ahora mismo, creo que es lo único que podría obrar un cambio físico real.

Para alguien como yo, que se recuerda haciendo dietas desde la adolescencia y que las ha probado todas -desde la dieta del melocotón, la de la manzana, la de los 13 días, la Atkins, la Ducan, dietas con supervisión médica, sin lactosa, con inyecciones de quemagrasas y drenantes, con fitoterapia, hasta el ayuno!- cada vez es más difícil confiar en los resultados a largo plazo de una dieta pero...el otro día me encontré con este vídeo de Isasaweis:





No me pude sentir más identificada y por supuesto me dieron unas tremendas ganas de intentar ese cambio físico y mental que ella ha experimentado. Así que, ni corta ni perezosa, me fui a una librería cercana y me hice con el libro. 



Me lo voy a plantear muy en serio porque no me apetece nada seguir metida en esta dinámica: sigo cogiendo peso y no me encuentro bien así. Se puede conseguir y los beneficios son muchos. Lo más difícil será empezar, una vez superado ese primer momento habrá que encontrar la fuerza de voluntad para luchar contra los malos hábitos y finalmente la constancia será aliado imprescindible para mantenerse y ver cumplidos los objetivos. 

Dicen que sólo hacen falta 20 días para adquirir un hábito...20 días a dieta ese va a ser mi primer reto!

Un besote!









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