¡Buenas! ¿Qué tal ha ido el finde?
El mío muy tranquilito, después de la escapada a Picos de Europa del fin de semana pasado, éste hemos decidido quedarnos en casita para ver a los amigos, descansar, hacer deberes y continuar con la organización doméstica que nunca termina!
He aprovechado para terminar de recoger las últimas prendas y calzado de verano -todavía hemos pasado mucho calor estos días de atrás- y también para hacer alguna compra para mi armario cápsula de este otoño que, yo creo si no es esta semana es la que viene, se instalará ya pronto aquí en el norte.
Esta semana os hablaré del famoso armario cápsula y de mis compritas. De momento, vengo para enseñaros cómo he aprovechado unos pimientos hermosos de Fresno de la Vega que me regalaron el otro día.
Aquí la mano de mi madre, que ya se sabe que madre no hay más que una... ;oD Los colocamos en una bandeja de horno con sal, aceite y un par de ajos enteros y se asaron durante unos 30-35 minutos a unos 200ºC.
Los cubrí con un paño y por la mañana, ya fríos, Fernando se ocupó de pelarlos y limpiarlos de pepitas. La última vez que asamos pimientos y los envasamos se nos estropearon ¡TODOS! Sí, sí...aunque hicimos todo el laborioso proceso con mucho mimo tuvimos que tirar los 7 u 8 botes que salieron así que esta vez no me la juego y simplemente los voy a congelar.
He repartido raciones abundantes en estos envases y ya están metidos en el congelador:
Espero que os animéis con la receta, no puede ser más sencilla. Lo más laborioso es pelar los pimientos pero si esperáis al día siguiente será pan comido!
Un besote y ¡a por la semana!
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